Si su niño(a) tiene problemas para concentrarse o aprender en el colegio o en el hogar, puede iniciar un tratamiento con Flores de Bach. De ser así, es probable que el terapeuta agregue a su frasco de tratamiento algunas de las siguientes esencias:
Clematis: Esta esencia es muy utilizada para ayudar a niños con problemas de concentración y memoria,
que padecen déficit atencional o que son muy soñadores y “andan siempre
en las nubes”, por lo que olvidan donde dejaron sus útiles escolares o
las instrucciones que dio el profesor.
Impatiens: Recomendada para el tratamiento de niños ansiosos, irritables e hiperactivos que
van de un lado a otro, que hacen muchas cosas a la vez, se aburren con
facilidad y dejan las tareas a medias. Esta esencia les ayuda a
tranquilizarse, a disfrutar y concentrarse en el momento presente.
Chesnud Bud: Para aquellos niños que sienten que no entienden, que se cierran ante una explicación y que declaran “¡No sé! ¡No entiendo!”, cuando después de varias explicaciones no logran captar y fijar el aprendizaje.
Estas Flores se utilizan con frecuencia
en los tratamientos de niños con trastornos de aprendizaje Sin embargo
cada niño es un ser complejo y va a necesitar otras esencias que tengan
relación con su personalidad, su emotividad y con su manera de enfrentar
la vida, tanto de él como su familia.
Es muy frecuente, al tratar niños con
problemas de aprendizaje, encontrar algunos patrones emocionales en
desequilibrio dentro del ambiente donde el niño se desenvuelve. El niño
es el reflejo de lo que nosotros los adultos proyectamos en él. Una terapia familiar genera mejores resultados, puesto que se fortalecen los lazos familiares y la comunicación.
Los niños son nuestro bien más preciado y
una infancia feliz nos da una gran ventaja para educar un adolescente
consiente y permitir el desarrollo de un adulto emocionalmente estable.
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